Hubo un crujido y todos salimos impulsados como cuando el ómnibus hace una frenada brusca. Caímos al suelo y rodamos, cayeron infinidad de vasos y platos en todos los continentes, temblaron los edificios, los árboles, los automóviles, las calles, las montañas, los ríos, tembló absolutamente todo. Después hubo un silencio expectante y en lugar de anochecer volvió a amanecer. De ahí en mas el mundo siempre siguió girando a la inversa.
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