Sos fascinante, dijo él, casi incongruente,
sos lo mas fascinante que conozco,
y ella encogió los hombros extrañada
y lo miró como quien no ha escuchado nada.
Sos fas ci nan te, repitió él, pausadamente,
sos lo mas fascinante que conozco,
y ella volvió a encoger los hombros y esta vez
extendió lo mas que pudo las dos alas.
1 comentario:
Y resulta que salió un gran microrrelato. Me gustó mucho.
Saludos.
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