Intento no ofenderme.
Me levanto con calma
apartando la silla
y, así como al descuido
la palma de mi mano
sin que le ordene nada
sacude unas miguitas del mantel.
Ni bien abrí la puerta
de calle inventé un día
recién amanecido.
Lo icé con un suspiro
y lo mejor que pude
para que no me digan
después que no es mi día también.
5 comentarios:
quien pudiese inventar muchas veces, días recién amanecidos al abrir las puertas, dejando atrás las tristezas ...
y nadar en rios de arte pop con las botas de esquiar puestas y las manos como mazas ...
ya andaba extrañando sus palabras.......y bocetos.
por nuestros dias!!!!!
salu!!!!
Un poema agradecea otro poema, que bueno Número Uno.
Mi perseverancia es constante, Cristina, pero como usted sabe, a veces hay que parar para sacarle punta al lápiz.
si, lleva su tiempo sacarle punta a los lapices, es una delicada tarea, aunque no parezca.
tu constante perseverancia, (en contestarnos a todos), es notable y genera material como para un libro!
releyendo los post mas comentados, me dieron ganas de imprimirlos, en serio, son imperdibles.
abrazo.
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