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Desnuda y temblando de amor los dos senos / bullendo la sangre, la falda en la mano / y la cama abierta como un cenicero / a todos los fuegos.

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Renato Pensante, cabeza caliente / no encuentra oportuno lanzarce a la cama / por mas que la niña se encuentre desnuda / como un delincuente.

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Prefiero ser yo / subir a las nauseabundas alturas / y ser yo. / Ser sospechosamente yo / debajo de esta indubitable identidad. / Malgastar el tiempo con clemencia / manteniendo unicamente inalterada / la absoluta convicción de que soy yo.

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Quisiera un ínfimo pellizco de futuro / para enterarme de un instante inexistente / lo necesito como no lo necesito / (quiero saberlo como no quiero saberlo) / seguridad en los minutos venideros / (no tan seguros como los minutos idos). / Quisiera un ínfimo pellizco de futuro / para saber si voy a verte.

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Mi barrio es milenario como el mundo / estaba hecho cuando nada estaba hecho / y se encamina hacia el futuro como un pibe / que se duerme en el encanto de los techos.

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María miraba al dios latinoamericano con las brasas encendidas preguntando la hora y a ver si terminará para las doce este condenado y todo el campo estaba azul como el manto de la virgen.

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Se había hecho tarde por culpa del sol que es mas lento que un molino sin aire y no corre ni aunque los yanquis se estén robando las tranqueras de la Patagonia.
Se había hecho tarde y el dramatismo de la única vela pintaba con el pincel de la llamita el interior del rancho de color naranja atómico.

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Al final una muñeca de trapo industria nacional y mirada fija no es menos muñeca que esas de plástico y ojos celestes que se cierran y tienen un sello de Taiwan en la planta del pie.

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El dios latinoamericano bostezaba y de soslayo controlaba al papá Noel argentino que había quedado en terminar todo para las doce si el tictac de las puntas de las manecillas del reloj del diablo no le tatuaban arrugas de angustia en la cara.

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A las muñecas les enganchaba los brazos sueltos con un alambre, a las pelotas de fútbol las untaba con grasa de vaca y a los autitos sin rueditas les ponía una ruedita sin autito.

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Mientras tanto el papá Noel argentino se empeñaba en reparar los juguetes que había encontrado revolviendo el basural. Muñecas sin brazos, pelotas de fútbol desgajadas y autitos sin rueditas.

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Siembra el pánico como se siembra el trigo, con la intención de fabricar el pan, pero ella lo hace con la intención de fabricar cobardes. Y se alimenta de escrúpulos ajenos.

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No vamos a comparar el cuerpo contorcionado de una mujer en celo con el cable ensortijado del teléfono ni un celular (aunque esté sin cobertura) con una morocha en bolas.

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Los televisores viejos tienen adentro el fantasma del llanero solitario y de su inseparable Toro.

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Acurrucado y sombrío / me quedé en esta trinchera / igual que nuestra bandera / muerto de frío en los pies.

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Se me partió la cabeza de luchar contra esa bruja / menos mal que por la grieta me brotó un narciso en flor / me piré con fe y sin llaves, la dejé sola y que ruja / y en la esquina me di cuenta que me olvidé el corazón.

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Jacinto fue dos corzuelas / una por cada pierna / pero no fue suficiente / para escapar de esa guerra / logicamente murió.

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Por un lado el silencio es salud y por el otro el que calla otorga.

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Documentos maltrechos, combados en el bolsillo de atrás del jeans acampanado. Una foto de semiperfil paranoico mostrando una oreja blanquísima que a duras penas sotenía unos cabellos demasiado largos y libres para un gobierno tan corto y militar. En la primera página, una hilera de numeritos perforados a los que unía una rajadura fatal, decía (metaforicamente, claro) "soy mas libre que la mierda".

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Algo se había atravesado en los cafés, a lo mejor una eterna cucharadita de adrenalina, o unos monstruos azules que miraban con dos puntitos de odio desde la sombra que proyectaba una vicera.

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Pero poco mas le duró la castidad al santo varón. Luego de balbucear dos o tres padrenuestros se abalanzó sobre una cautiva pintada de colores tierra ciena y atada de pies y manos, según se veía, con non sanctas inteciones, ataviado exclusivamente con una mitra y en absoluto estado de ebriedad. Muchos fueros los sacerdotes que perdieron la cordura en la época de la conquista de las Américas.

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María Josefa Camila Dember, la hermosa hija de un estaciero de Texas, le succionaba el miembro a los sementales equinos. Su padre investigó durante largos años el porqué del desgano de los grandes campeones pero jamás pudo enterarse de nada.

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El paso de los años, la caída los tapujos, la llegada de los destapes, han ido destrabando viejos prejuicios, normalizando ciertas anormalidades y popularizando costumbres concideradas vicios alguna vez, dijo Mabel y abrió bien grande la boca tratando de introducirse cinco penes erectos.

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Sin embargo estoy mas fuerte que otras veces / (son disparos de un amor, de una injusticia) / un rasguño, no es que tanto me interese / si hasta se pude interpretar como caricia.

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Fue fortuita la caída hacia el abismo / me levanto entusiasmado y me ennoblezco / di dos pasos para atrás y casi muero / y hoy dos pasos adelante y casi vivo.

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Verás llegar un manantial de fantasías / y en lo impávidos latidos la constancia / hará que estalle un dineral en tu alcancía.

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A cada cual le tocara una dulce estancia / y llenará sus dos bolsillos de alegría / pues la alegría nunca tuvo discrepancias.

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Por eso el sol no delimita la ignorancia / ni en las sombrillas se entretienen sus manías. / Si el verde campo ve pasar su inoperancia / juntará flores y se las dará otro día.

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Se empecinaba la magnánima arrogancia / en devolverme algún pedazo de osadía / y entre los dedos me impregnaba una fragancia / para entrever si te acercabas y la olías.

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Las vidrieras del tercer mundo son las ventanas del primero. De aquel lado están los deseos cumplidos, las Nike Rival Shox Leather, los Lee Bootcut Original, las Barbie Gerl Fashion Fiver, la hamburguesa Doble de Mac Donald´s y la madre que los parió. De este lado, la paciencia de los pies descalzos, la esperanza del pantalón emparchado, las manos vacías de las muñecas mancas, la moneda ausente, el pan de ayer, el hambre para mañana, la ñata contra el vidrio y la puta calle.

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Mucho antes de que terminaran el puente que atravesaba el río, su proyecto arquitectónico ya subrayaba el fin del paisaje.

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Desde aquella esclarecedora tardecita en que el niño vio por primera vez un mapamundi, nunca mas pudo deshacerse de la idea de que los paralelos y los meridianos eran los barrotes de una prisión esférica que encerraba al planeta entero.

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Las vestiduras son la piel de la vergüenza y al desnudo apresurado le quedan los zapatos puestos y los pantalones atascados en los tobillos. Falta de costumbres naturales, se podría decir. La libertad en todas sus acepciones (y sobre todo la sexual), debería ser parecerse un poco mas al libertinaje.

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Cuando vuelvas a encontrarme una mañana, / si es que sabiendo lo que somos, coincidimos, / nos tendremos que explicar algunas cosas, / por ejemplo, que seremos y que fuimos.

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Le pondremos cascabeles a la suerte / para saber cuando la suerte merodea / porque ponerle cascabeles a la muerte / no se puede, la guacha no se deja.

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Voy a relativizar mi existencia, / no soy para mi mismo algo importante. / Debería pero, no tengo codicia / y si tuviera, no habría quien me aguante.

La idea pública (da)

Clementina Carita de Flores. Ilustración cuento. Arte final.

La idea pública (da)

Clementina Carita de Flores. Ilustración cuento. (Boceto).

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Me ha gastado esta república de lija / Tengo los huesos en la mas cruel intemperie / No tengo ganas, pero oblígame a que exija / al menos una explicación para esta muerte.

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La lengua se le escapó de la boca como un animal en celo y resbaló por la entrepierna de la joven como una culebra de agua resbaladiza y fugaz, pero en cámara lenta.

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Dos indigentes conversaban antes del mundial de fútbol. -Yo me pregunto en que televisor vamos a ver el mundial- se quejó uno. Y el otro le respondió -Y yo me pregunto en que mundial vamos a ver un televisor-.

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La frase mas importante que dijo Maradona en su vida, la dijo sin abrir la boca. Fue el segundo gol contra los ingleses.

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Como siempre en los mundiales de fútbol, todo el mundo se quedó petrificado y solo se movían millones y millones de jugadores que podían verse repartidos dentro de miles de televisores.

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Creo que nos gusta mas la mentira hasta que se descubre la verdad así como la fantasía mas que la realidad hasta que esa anécdota que sostenía todo el armazón de la fantasía se gasta.

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Esa noche, con las pecas de las estrellas, la noche tenía cara de estúpida.

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Aquella noche la luna salió llena de mordiscones de escuerzo y las siluetas de las brujas la atravesaron tirándose peditos.

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En el basural los barriletres trepaban por una atmósfera densa ayudados por una brisa con mal aliento.

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Y un hilo...sencillamente un hilo para sostener toda esa teoría de libertad y pájaros, un hilo por donde se trepaba el alma hasta llegar al barrilete y dejarse despeinar por el viento.

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Armar un barrilete es como armarse las alas, pobres alas de aprendiz de vuelos con huesos de caña y fuselaje de papel de diario.

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Irse a dormir era reconocerse los huesos molidos, eran cinco o seis minutos de ojos abiertos y luz apagada imaginando en el aire reyes magos, trozos de pan y autitos de juguete.