jueves, 19 de junio de 2008

Mi experiencia (que no se si es la mejor pero si se que es la mía) me está indicando (y para ser sincero me lo está indicando desde hace ya un tiempito prudencial) que dos derrapes profesionales en un solo mes son suficientes para un espíritu autodidacta y que hay que hacerse a un lado porque de lo contrario, intuitivamente, se aboca uno a la casi egocéntrica tarea de defenderse y, la verdad, en circunstancias tales nadie debería estar de ánimos para blandir espadas con la diestra ni para portar escudos con la siniestra, menos aún cuando enfrente se planta tanta impetuosa juventud. Hago, pues, votos para que esos jóvenes y acreditados corazones, todos sin excepción, alcancen la gloria perpetua que les corresponde, los contratos permanentes que bien merecidos se tienen y todos los euros de a billetes grandes, mientras yo envaino mis razones, me recuesto en mis laureles (me recuesto he dicho, que no es dormirse una siesta) y espero a ver que dirá el tiempo, porque como todos ustedes saben, el tiempo dirá.