En el centro de la mesa como una flor de ikebanate saqué el salto de cama lentamente y al calor
de mi pecho seductor y de mi injuriosa fama
de robarle a cada rama un pimpollo del amor.
Cobardes han sido, dice Sandra Democracia, cobardes han sido y sin cojones, cobardes hijos de puta. Cobardes han sido dice Sandra Democracia y aprendo de una vez y para siempre que las malas palabras no son malas palabras cuando se utilizan para decir la verdad. Cobardes han sido, dice Sandra Democracia, cobardes han sido y sin cojones, cobardes hijos de puta, y nos insta de una vez por todas a reaccionar sin miedo, a elegir en paz. Cobardes han sido, dice Sandra Democracia desde sus diecinueve muy bien cumplidos años y mucho mas adolescentes hoy. Dolida, Sandra Democracia, pero también serena, joven, inmortal. Cobardes hijos de puta, dice Sandra Democracia y yo, que aún tengo la suerte de ser padre, repito orgulloso con ella, para acompañarla, para rejuvenecerme, para la justicia y para no olvidar, cobardes han sido y sin cojones, cobardes hijos de puta y nada más.