sábado, 15 de enero de 2011

Soy perro (Sóc gos)

Me preguntaba si yo sería perro
porque, sinceramente, de gato
no me veo para nada la pinta.
El gato es de lengua diminuta,
mezquina reseca y rasposa,
se la vive pasando por el pelo,
y nunca la lleva como el perro,
así, colgando afuera de la boca
y chorreando litros de baba
nada mas que de la pura alegría
que le causa ser tan pelotudo
como para ir a buscar al galope
setecientas veces el mismo palo
que el dueño le tira lejiiiiísimos
así se lo trae de nuevo a los pies
otras setecientas veces
con las orejas todas desordenadas
como si fuera la última misión
tan noblemente monótona
como estúpidamente ajetreada
que ha de cumplir sobre la tierra.


Em preguntava si jo seria gos
perquè, sincerament, de gat
no em veig per res l‘aspecte.
El gat és de llengua diminuta,
mesquina resseca i aspra,
la hi viu passant pel pèl,
i mai la porta com el gos,
així, penjant fora de la boca
i degotant litres de bava
gens mes que de la pura alegria
que li causa ser tan tocacollons
com per anar a buscar al galop
set-centes vegades el mateix pal
que l'amo li tira molt lluny
així l'hi porta de nou als peus
altres set-centes vegades
amb les orelles totes desordenades
com si fos l'última missió
tan noblement monòtona
com estúpidament atrafegada
que ha de complir sobre la terra.

5 comentarios:

Manuel Aranda dijo...

Yo no quiero hechar más leña al fuego pero ¿verdad que casi todos los perros son como muy papanatas, además de tener un olor de los mil demonios?

¿O me parece a mi?

el Tomi dijo...

Amén

olga dijo...

leyendo acerca si eras perro, recordaba algunas acciones monótonas que hacemos los humanos, cuando vamos y venimos de un lado a otro en una piscina, claro no son 700 veces, tampoco lo noble se deja ver tanto; el detalle está en la capacidad de abstracción de nuestra mente en favor del organismo. En esta conducta espontánea que nos hace parecernos a los perros tal vez se halle un principio de humanidad, es decir, darse sin estar persiguiendo una ganancia de por medio, ser fiel a sí mismo.

el Tomi dijo...

No se, Olga, a los perros se los acusa empecinadamente de ser fieles al amo, no a sí mismos. Cuando son fieles a sí mismos te cagan mordiendo y ahí nomás les pegan un tiro arguyendo que hay que sacrificarlos porque les salió el instinto asesino de los animales y se volvieron locos... aunque... bueno... pensándolo bien... la verdad es que a los humanos nos pasaría lo mismo.

Sil dijo...

Que lindo viejo, encontrarme en un blog de ilustrador argentino, por casualidad, poesía doble, en la lengua de la tierra en la que vivo.
Un abrazo