Me voy a asomar a mirar el cielo, volví a decirme a mi mismo. Me asomé al balconcito y lo miré. Estaba ahí, como siempre, que de tanto estar ahí ya casi ni le damos bola al pobre cielo, pero estaba ahí, no tan seguro como en otros días, un poco mas revuelto, con algunas nubes inquietantes y algunos pájaros volando altísimo y en círculo, un sol redondo entre dorado y plateado como una moneda de un euro pero a lo bestia y una brisa caliente como el vapor que sale de la olla a presión, pero el cielo estaba ahí.miércoles, 22 de agosto de 2007
Búsquedas, bocetos y encuentros
Me voy a asomar a mirar el cielo, volví a decirme a mi mismo. Me asomé al balconcito y lo miré. Estaba ahí, como siempre, que de tanto estar ahí ya casi ni le damos bola al pobre cielo, pero estaba ahí, no tan seguro como en otros días, un poco mas revuelto, con algunas nubes inquietantes y algunos pájaros volando altísimo y en círculo, un sol redondo entre dorado y plateado como una moneda de un euro pero a lo bestia y una brisa caliente como el vapor que sale de la olla a presión, pero el cielo estaba ahí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario