miércoles, 10 de octubre de 2007

Desnuda y deslumbrante

Siempre supo que te encontraría una tarde de lluvia sentada en un banco de la plaza, desnuda y deslumbrante, mirando como resbalaban las gotas sobre las ventanas de los edificios. Porque a vos nunca te importó mojarte, ¿no es cierto, libertad?.

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