martes, 19 de agosto de 2008

Un paréntesis

Un paréntesis para después de leerte,
ilógica historia de mi país pseudosuicida
que me dejaste las manos bien crucificadas
en el travesaño de la cruz del sur torcida.

Dejame solo que ya sé cruzar las calles
y espantarme las moscas de cada herida,
le sé escupir en la visera a los comisarios
y saltar el rojo de los semáforos de la vida.

Yo creo mas en la tibieza de los infiernos
que en la santa protección de cielos sublimes.
Hoy soy los ojos entreabiertos del Che Guevara,
mañana seré otro muerto rosarino que se sonríe.