miércoles, 14 de enero de 2009

La constancia de lo sensible

Sin saber qué pretensiones tienen sus palabras las veo paseando por los campos blancos de los libros. Nadie que dibuje las letras como ella las dibuja merece el desamparo editorial. Por ahora la encuentro en este mar eléctrico donde abundan los críticos despiadados como viejos bucaneros que siguen ahumando carne para vendérsela a los navíos llenos de analfabetos hambrientos, donde aletean los corazones de ritmo tartamudo a los que no les queda mas remedio que leer sílaba por sílaba para nunca entender la frase completa, donde pernoctan expectantes los sabios de pacotilla siempre al acecho de un párrafo jugoso al que hincarle el angurriento tenedor del copyright.
Pero a pesar de todo esto ella ha descubierto continentes, países escritos y el caudaloso río de su redacción, donde nos otorga el asilo político de lo contemporáneo y donde ha sentado el precedente de lo intuitivo y la constancia de lo sensible para regalarnos el vaso de agua fresca de su poesía.
Por ahora, decía, la encuentro en este mar cibernético, ya después le pediré que me dedique alguno de sus libros.

3 comentarios:

viruta dijo...

quién te dice, porai es reacia a la fama. a la vanagloria. al comercio interior. a la facha comunarda. al yoyoísmo...

etceterggrá etceteggrá etceteggrá

Tomás D'Espósito Müller dijo...

Existo, luego pienso.

mcbewi dijo...

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